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AMAS DE CABALLOS DE TIOVIVO, AMAS DE POTROS SALVAJES

En el mundo del BDSM existen todo tipo de Amas, como existen todo tipo de esclavos.- Una buena Ama debe ser como una amazonas montando un caballo.- El esclavo es el caballo, un animal mayor y más fuerte que la mujer que lo monta, ella sin embargo lo doma, lo doblega, le obliga a seguir sus instrucciones con su voz, sus patadas, su fusta.

Existe todo tipo de Amas… y todo tipo de esclavos. Igual que al subir a un caballo existen personas que sienten miedo y buscan el caballo mas dócil… algunas Amas solo saben montar e imponer su voluntad a dóciles y necios jamelgos; o bien buscan póneys chiquitines que sientan poder dominar fácilmente.

Cuando te sientes un caballo salvaje necesitas esa Ama única, excepcional, sin miedos, que desee montar el caballo más bravío, el más difícil, el más rápido. Algunos esclavos son como caballitos de tiovivo… no saben lo que quieren, no piensan, solo dan vueltas subiendo y bajando y llevando a alegres “amas-niñas” sobre sus lomos. Solo es un juego, un jueguito de feria. Algunas Amas solo sirven para subir en esos caballos de tiovivo… sienten la alegría de los niños al subir a la atracción de la feria… suben y bajan dando vueltas en ese caballo de madera que no representa peligro ni voluntad alguna… cuando acaba la vuelta, como niñas caprichosas, dicen “quiero volver a subir a mi caballito rosa”….

Cuando conozco una nueva Ama la analizo con la mirada, trato de conocer su yo más profundo solamente viendo sus reacciones, analizando como “doma al caballo”… a veces percibo que solo es una Ama de “caballito de feria”… según el carácter que la veo me dejo montar y relincho para que ella se sienta feliz… o si siento que además de incompetencia para domar tiene algún tipo de soberbia (ser o creer ser Ama puede generar ese tipo de actitudes) me divierte hacerla ver que solo vale para subir a caballitos de madera. En ocasiones siento que la Ama vale para pónys pero poco más… me agrada sentirme pony y dejar que me monte… sabedor que en realidad mi fuerza es superior a la suya y en realidad solo mi voluntad de dejarme montar es lo que a ella la permite estar sobre mi.

 

 

Pero en mi sangre deseo sentirme un mustang, un caballo salvaje, no domado… la dueña de mi mente sabe que en estos momentos la veo como la amazonas cargada de poder, de fuerza, de deseos de libertad… que tiene capacidad y posibilidad de montar ese caballo salvaje.- Si la Ama/amazonas le gusta montar no tengo dudas que el caballo que más le atrae es el más salvaje, el más libre, el que cabalga en la alta montaña sintiendo el viento y la lluvia, el que busca la libertad en sus pasos. Ese potro salvaje de ojos negros y largas crines al viento. Ella mira su caballo salvaje, yo la miro a ella… ella ve en mis ojos que la analizo, que la estudio, que busco conocer sus errores y limitaciones… sabe que soy un caballo peligroso, pero sabe que es el que mas desea montar. Yo la miro, la veo con su belleza, con su fuerza, la veo calzada con sus botas negras, la veo con sus espuelas y su fusta… se que desea montarme, en realidad deseo que me monte… pero solo si sabe llevarme.

En algún momento además deseare tirarla, que caiga, para que recuerde que soy caballo salvaje. Como caballo salvaje necesito escuchar los truenos en la tormenta, necesito sentir la lluvia en mi lomo, el viento moviendo mis crines, necesito galopar en desiertos y cumbres rocosas… no quiero saber de establos… pero miro con adoración y deseo a esa dueña que me sepa domar… si la doy mi confianza ella me acompañara en mi galopar veloz a los lugares mas lejanos, conviviremos junto a la hoguera, la daré mi calor si lo necesita… juntos, ella amazonas, yo caballo salvaje… veremos desde la montaña el amanecer y el anochecer, enfrentaremos vientos y tempestades… nos sentiremos libres… libres y necesitados el uno del otro.

Ella necesitado de su caballo salvaje, yo necesitado de mi amazonas que sabe domarme y en la que confio plenamente para enfrentar nuevos retos y superar altas cumbres. No tengo miedo a su fusta, se que la necesita para domarme, se que si la doy lo que busca no necesitara usarla. Mi Ama sabe que soy caballo salvaje, la miro con inteligencia, ella sabe que no soy fácil de domar, sabe que me alzaré sobre mis patas y podré tirarla del caballo… Ella y yo sabemos que sin embargo, cuando me acostumbre a ella no existirá para mi otra amazona a la que acepte con deseo, no existirá para ella un caballo mejor para montar… Mi Ama, volverá a subir a caballitos de tiovivo o a ponys Shetland o a mansos asturcones… pero cuando suba en ellos recordara su mustang salvaje cabalgando en el infinito. A mi podrán montarme otras Amas, Amas de caballitos de tiovivo o de dóciles jamelgos… pero cuando ellas me monten sonreiré, iré al trote para no tirarlas pero sentiré nostalgia de la galopada en la montaña, esa galopada que solo con mi amazonas puedo sentir en libertad.

Y tú… ¿domas caballitos de tiovivo?

 

Autor: Algol LM

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