Por José Luis Carranco

Hace más de diez años que escribí mi última editorial, fue allá por Junio de 2005, cuando dejamos de editar la revista Sumissa tras diez años de existencia. Aunque en verdad no fue lo último, ese detalle se lo lleva el libro publicado por Ediciones B y ya agotado, “Las Reglas del Juego: El Manual de BDSM”, editado en 2008. Recuerdo que acabé aquella editorial de Sumissa con una predicción, que desgraciadamente se ha cumplido. Con el cierre de Sumissa se acabarían las publicaciones en papel especializadas en BDSM y así fue, aunque sumissa.com existiera desde el año 2000 hasta hoy día. En aquel momento cerramos más que una etapa, cerramos un libro en el BDSM impreso, un libro que comenzó Luis Vigil allá por 1977 con sus Antologías del SM, que continuó José María Ponce durante los ochenta con Sadomaso, un relevo que recogí en 1995 con Sumissa.
Curiosamente, Luis Vigil, ese Maestro y sobre todo amigo, también estaba en el staff de Sadomaso y una década después, tanto él como Ponce estuvieron en el staff de Sumissa. Algo que obviamente me llena de orgullo: que mi nombre estuviera junto al de dos Maestros.
Cuando comencé a editar Sumissa, lo hice porque por aquel entonces había un par de revistas o fanzines más, pero uno era muy sesudo, difícil de leer y comprender, mientras otro era como algo superficial y personalmente, como lector, opinaba que no me llenaban y sin darme cuenta, estaba lanzando mi propio fanzine fotocopiado, que un año después se convertiría definitivamente revista y en referente mundial del BDSM español.
Hace unos meses, otro de los grandes nombres del BDSM nacional me llamó por teléfono, Lady Monique, me habló de un proyecto de revista digital BDSM. Sinceramente, he de confesar que no era algo que así al pronto me apeteciera, creo que en su momento cumplí mi propia etapa como divulgador del BDSM y que las nuevas generaciones deberían coger el relevo con una mente nueva para unos tiempos nuevos.
Monique insistió en contar conmigo y al poco tiempo, a ese proyecto se unió también Luis Vigil y José María Ponce y no pude decir que no. Ella quería desenterrar a estos “viejos” dinosaurios del BDSM impreso que dejaron sus huellas, aunque ya muy difusas y olvidadas, para que volvieran a la vida y marcar algún paso más y que nadie olvidara esas huellas que dejamos en los miles de lectores que nos siguieron, en un intento de revivir un mundillo, que a pesar de contar con miles de páginas webs BDSM, parecía no estar tan despierto o animado como pensábamos. Quizás por encontrarse invadido por una horda de curiosos y aprovechados que nada tienen que ver con el BDSM tal y como lo entendemos los amantes de tan divino placer.
Repasando lo que hay, ya existen varias revistas digitales BDSM, todo un mérito, pero de nuevo nos encontramos conque algunas son excesivamente sesudas, como queriéndo convencer de algo y otras son algo supérfluas, tratando el BDSM demasiado de puntillas. De nuevo, me encontraba que a pesar de los medios digitales actuales, las publicaciones no se diferenciaban de las que se podían encontrar en 1995, que no fueron capaces de llenar el vacío dejado por la revista Sadomaso con su cierre en 1990.
Puede parecer que esto que escribo es algo pretencioso, no es mi intención. Tampoco menospreciar el intenso trabajo que otros llevan a cabo, pero soy de los que en su momento llevaban una línea editorial que funcionaba y de la que no me aparté en ningún momento, quizás ese fue el éxito de Sumissa, que se convirtió en la más longeva y la que más ediciones publicó de la historia del BDSM de nuestro país.
Ahora, todo parece mucho más fácil, no hay que contar con los tremendos costes de imprenta y distribución, los costes son mínimos y a veces casi inexistentes en el mundo digital, sin embargo, no ha surgido esa revista que marque la diferencia, que sea capaz de mantener una línea editorial que para nosotros era “Informar, formar y entretener”, para convertirnos en un vehículo de unión entre todos los lectores y aficionados al BDSM.
Informar de todo lo que se mueve en el mundillo a nivel de fiestas, locales, iniciativas, publicaciones, películas, webs…
Formar, a través de artículos monográficos sobre las diferentes disciplinas BDSM, sin comernos mucho el coco, con un lenguaje claro y coloquial y haciendo mucho hincapié en los instrumentos y sobre todo en la seguridad.
Entretener con relatos ilustrados, con entrevistas que a la vez nos formaba e informaba y con reportajes fotográficos, en los que en Sumissa jamás se utilizó a ninguna modelo profesional, todas las personas que participaban en las sesiones fotográficas para las portadas y reportajes de Sumissa eran amigos y aficionados que se ponían en contacto con nosotros para aparecer en nuestras páginas.
En definitiva, una revista hecha por y para aficionados, porque sobre todo somos aficionados al BDSM.
Esta línea editorial es la misma que me gustaría que transmitiéramos en este nuevo proyecto de revista digital, con la que esperamos ser capaces de cubrir todas las expectativas de nuestros futuros lectores. Vosotros sois los realmente importantes, no los que la hacemos, sois vosotros los que tenéis que sugerir los pasos que tenemos que ir dando y también, cómo no, las críticas, siempre constructivas para mejorar con cada entrega.
Como dije antes, nunca creí que fuera a volver a escribir sobre BDSM, ni que me fuera a implicar en un nuevo proyecto, cumplí mi etapa y me sentía satisfecho con ella, a pesar del olvido en el que poco a poco se han ido sumiendo aquellos maravilloso años, aquella época dorada. Pero Monique, además de una gran dama, es una gran amiga, persistente y con unas ganas tremendas de dar vida a este nuevo proyecto. Tantas ganas, como para ser capaz de coger una “paleta” y una “brochita” y comenzar a liberar poco a poco a estos viejos dinosaurios que quedamos atrás en el tiempo y volvernos a dar vida. Y aunque para nosotros tres ya nada será lo mismo, Monique ha sabido contagiarnos su ilusión y su empuje para volver a dar unos pasos más en este maravilloso y apasionante mundo de la divulgación del BDSM.
José Luis Carranco
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