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“LAS REGLAS DEL JUEGO SON QUE NO HAY REGLAS”

Entrevista a José Luis Carranco, publicada en Cuadernos de Bdsm Nº12, Por AMOBILBO.
Fotografías:  José Luis Carranco.

Posiblemente el nombre de José Luis Carranco sea desconocido para muchos de vosotros. Pero esto no es óbice para ser uno de los personajes fundamentales de la historia del BDSM español. Además de ser uno de sus pioneros, tiene un papel muy importante como máximo responsable durante los más de diez años de vida de la revista SUMISSA.
Pero no conforme con ello, ha rodado varias  películas, sus fotografías de temática BDSM se pueden admirar en diversos países, y, encima le ha dado tiempo a escribir el libro “Las Reglas del Juego: El manual del BDSM”, que está teniendo una magnifica acogida y se puede encontrar en numerosas librerías del país. Motivos más que suficientes para que le hayamos entrevistado.

– José Luis, tú formas parte de la historia del BDSM español. ¿Qué se siente formando parte de ella?

– Me parece muy pretencioso pensar que formo parte de alguna historia que no sea mi vida propia, así que no me siento de ninguna manera especial. Sólo soy alguien inquieto que una vez tuvo un sueño e intentó ponerlo en marcha y que durante más de una década funcionó y lo pasamos genial. Eso sí, Sumissa sí forma parte de la historia del BDSM español, pues durante diez años fue el vehículo de comunicación sobre el que gravitó gran parte de la escena del BDSM nacional y de parte del extranjero, y no peco de exagerado con esto. Que yo haya sido su creador ha sido sólo casualidad, una casualidad de la que estoy sencillamente orgulloso.

– ¿Cómo comienza tu andadura por estos mundos del BDSM?

– Si te refieres a mi atracción por el BDSM, en el artículo que precede estas líneas ya explico más o menos cómo fue. Nunca he ocultado mis gustos sexuales. Y en el mundo de las revistas BDSM, pues pasito a pasito.

– ¿Podemos considerarte como uno de los pioneros del mundillo?

– No, en absoluto. Yo comencé en 1995, y Vigil comenzó a dar forma al proyecto que tenía en mente en el 75, tras la muerte del dictador. Ponce comenzó con su revista Sadomaso en el 85. Así que podríamos decir que soy la tercera generación del BDSM impreso, no la primera, aunque me temo que sí la última. Respecto a mi vida personal en el BDSM, pues la verdad, de pionero nada de nada, tengo 46 años, así que imagina si ha habido pioneros en nuestras prácticas muchos años antes que yo, diría incluso que varios siglos, por no decir milenios.

– ¿Cómo era el panorama cuando empezaste?

– Aunque no había tantos medios, la movida era más activa, éramos pocos pero muy bien avenidos. Quiero decir que el mundillo del SM se movía más de lo que se pueda imaginar. Ahora con Internet parece que hay mucha movida, pero es un simple espejismo, porque la mayoría no pasa de ahí, de la pantalla de su ordenador. Antes no había más red que las publicaciones especializadas y el boca a boca, y funcionaba
mucho mejor que ahora, al menos en calidad.

– El hecho de ser andaluz y de vivir lejos de los principales focos de la escena nacional como son Madrid y Barcelona, complicaría aún más la cosa, ¿no?

– Sin duda. Aquí teníamos que tirar mucho más de amiguetes, que no eran fáciles de encontrar. De hecho cuando la revista llevaba casi un año, viajábamos casi todos los meses a Barcelona, sobre todo para ampliar contactos, distribución y conseguir algún que otro reportaje más.

– Siempre se habla de la escena sobre todo de Madrid y de Barcelona pero, ¿cómo está el tema en Andalucía? ¿Cómo es el BDSM andaluz?

– Con acento sureño. Sinceramente, nunca he visto una movida exagerada en Andalucía, pero es que tampoco la he visto en el resto de España. Esto es como hablar de la crisis del cine español, es algo que se dice todos los años desde siempre. El SM tuvo mucha más movida en los 90 y principios de la presente década que en estos momentos.

– ¿Añoras algo de esa época?

– Y tanto. Viajábamos mucho, conocimos a muchas personas y lugares interesantes, hacíamos lo que nos gustaba y disfrutamos como nunca. Pero es normal, todos los que han vivido unos años mágicos siendo más jóvenes, añora aquellos años. Lo que sí echo
mucho de menos es el olor del papel cuché recién impreso. Cuando llegaban las cajas de la revista lo primero que hacía era abrir una y aspirar ese olor tan característico y fuerte antes de que comenzara a diluirse.

-¿Por qué creasteis la revista Sumissa? ¿Qué pretendíais con su creación?

– La creamos por diversión. No había ninguna revista SM que nos gustara, aunque en aquellos momentos existía la revista S.A.D.E. en la que también colaboré, así que nos unimos los cuatro amigos y nos pusimos manos a la obra para hacer la revista que queríamos leer ¿Pretensiones? Ninguna, pero qué orgullosos nos sentimos cuando fotocopiamos las hojas que habíamos impreso, las cortamos pacientemente y con más paciencia aún las fuimos pegando con cola en uno de sus bordes. Lo que no imaginamos es que aquello fuera a
venderse.

– ¿Cómo fue su proceso o historia?

– Bueno, aquel pequeño fanzine encolado y fotocopiado se vendió, y pasamos a imprenta. Un año después pasamos a un formato mayor, a incluir color y aumentar la tirada con cada número. Poco a poco fuimos formando un staff impresionante para mí. También estuvimos presentes en varios festivales eróticos con stand propio, realizando más contactos, trabajando mucho y divirtiéndonos más…

 

– ¿Qué medios teníais al principio?

– Medios, ninguno. Comenzamos sin un duro y sin saber qué era eso de hacer una revista. Comenzamos escribiendo a mano. Un amigo pedía prestado un Mac para diseñar la revista y poco más. Al poco tiempo compramos una máquina de escribir y más tarde nos regalaron un IBM 286 con el que al menos podíamos escribir y pasar los textos en diskettes. La evolución hasta llegar a una redacción en condiciones vino poco a poco.

– ¿Porqué Sumissa y no Sumisa?

– Sinceramente, no tengo ni idea. Sencillamente nos gustó más con dos eses. Aunque el nombre de la revista nos encanta, también tengo que decir que llevó a muchos equívocos, pues la gente pensaba que era de dominación masculina, cuando realmente tocábamos todos los palos, y nos preocupábamos mucho de que todo fuera al 50%, femdom y maledom.

– ¿De dónde sacabas los relatos y artículos?

– Echándole mucha imaginación y más horas. Realmente la gente colabora poco o más bien poquísimo. Hay muchas personas que quieren hacerlo, pero tras publicar un relato, digamos, que su morbo por ver algo suyo impreso está cumplido y suelen dejar de participar. Así que aunque muchos querían colaborar y de hecho muchos lo hicieron, siempre teníamos preparado el contenido de la revista por si fallaban quienes se habían comprometido a enviarnos algo. Además, querer colaborar no basta, siempre procurábamos que lo que se publicara tuviera un mínimo de calidad y la mayor parte del material que nos llegaba no cumplía con ese mínimo a pesar de la buena intención y el
esfuerzo de quien nos lo enviaba. Buena parte de los relatos que han aparecido en Sumissa han salido de mi imaginación. Eso sí, nunca los firmé con mi nombre, usé infinidad de seudónimos, al igual que en muchos artículos. Lo hacía sobre todo porque no me gusta en exceso figurar. Pero no nos quejamos, el nivel de colaboración fue bueno, aunque nunca constante.

– ¿Cómo conseguiste que colaborara con vosotros gente tan importante como García Berlanga o Luis Vigil entre otros?

– A ambos personajes los conocimos en 1995, cuando nos plantamos en Barcelona con el número 2 de Sumissa, un pequeño fanzine con más voluntad que realidad. La verdad es que fueron ellos quienes se ofrecieron y debo decir que eran de esos colaboradores que no fallaban, aunque la inmensa mayoría de las veces lo hicieran con pseudónimos, como también ocurrió con otros personajes de renombre cuyos verdaderos nombres no aparecían en la revista, ni ahora voy a citar. Pero yo me sorprendía cuando cada tres o cuatro meses llamaba Berlanga para preguntarme de qué quería que escribiera, o cada vez que pasaba por Sevilla, aunque fuera de paso, nos diera un toque para tomar al menos un café. Pero me sorprendía aún más, que con el paso de los años, cuando nos veíamos personalmente, conociera mejor que yo lo que se había publicado en tal o cual número. Le encantaba la revista y se la conocía al dedillo, insisto, mejor que yo.

– ¿Cuál fue la máxima tirada que tuvo la revista?

– En alguna que otra ocasión nos atrevimos a imprimir siete mil ejemplares, que no a venderlos, claro.

– ¿Cuántos números publicaste? ¿Cuántos fueron en papel?

– En total se publicaron 60 ediciones, dos de ellas especiales, sin numerar, así que el último número de Sumissa fue el 58. De Perverssa lanzamos 15 ediciones, así que podríamos decir que en total realizamos 75 ediciones, con lo que superamos sobradamente todo lo que había existido antes. Todos nuestro números han sido en papel, nunca hemos hecho ediciones digitales. No me creo la revista Sumissa solamente en digital, así que nunca lo hicimos, ni dimos ningún paso para hacerlo. Otra cosa es la web de sumissa.com que aunque incluye la misma filosofía y material que pueden encontrarse en una revista en papel, hay algo que hoy día es lo que más atrae, las fotos y sobre todo los vídeos de los que cada semana colgamos más de siete horas. Todos realizados fuera, una pasta en derechos.

– Ahora que hablas de Perverssa, mucha gente no sabe que Sumissa no ha sido la única revista que habéis publicado. ¿Porqué lanzasteis esta segunda publicación?

– Sumissa era de edición bimestral, y aunque queríamos hacerla mensual, teníamos temor a que la mensualidad diera al traste con todo a causa de los costes. Perverssa fue una especie de experimento para intercalar una revista con la otra y contra todo pronóstico duró dos años. Pero aquello fue lo que nos demostró que la mensualidad de Sumissa era posible. Aunque Perverssa comenzó sobre todo como una revista de relatos, finalmente evolucionó y al final ambas eran prácticamente iguales, así que cerramos Perverssa y dimos el paso una vez que la
hermana pequeña de Sumissa había cumplido su misión.

– ¿Porqué dejó de publicarse Sumissa en papel? ¿Es cierto que Internet y la abundancia de relatos que se pueden encontrar fue uno de los motivos?

– Te garantizo que no es la abundancia de relatos, la gente lee poco, es más bien todo lo que es imagen, fotos y vídeos, así como la inmediatez del medio en sí mismo y la privacidad que conlleva el no tener que desplazarte a un quiosco o sex shop a comprar tu revista o alquilar la película que quieres ver. No cabe duda de que Internet ha matado el papel y lo ha cambiado todo, no sólo en el mundo de las revistas, sino de la televisión, el cine, la música y todo lo que es creatividad. Pero no es malo. Muchos hoy día no conciben el mundo sin Internet, e incluso da la sensación que ha estado ahí siempre, cuando realmente es algo aún muy novedoso. Y gracias a Internet la creatividad ha crecido, hay más personas haciendo cosas. Lo malo es que las productoras de material audiovisual no están sabiendo adaptarse a este nuevo medio, siguen anclados en las viejas fórmulas de ventas y sólo piden represión de las páginas de descargas, sin darse cuenta de que, si se adaptaran, las páginas de descarga no tendrían razón de ser y sus productos darían mucho más dinero del que piensan. Internet ha demostrado que hay muy buenos productos creativos con costes muy bajos y que con la inserción de publicidad las ganancias pueden ser bastante
buenas. Aunque con la actual crisis es complicado que algo pueda funcionar, pero vendrán tiempos mejores.

Verás, la revista Sumissa cerró en 2005, sin embargo en 2000 ya existía www.sumissa.com. No esperamos a verle las orejas al lobo, vimos las posibilidades de Internet y nos fuimos adaptando, utilizando la revista como medio publicitario de la página web, hasta que ésta fue más rentable que la propia revista, sobre todo por los bajos costes.

-¿Colaboraba Sumissa en la difusión de fiestas, eventos o con otras publicaciones?

– Siempre. Una parte de nuestra filosofía editorial era promocionar al máximo cualquier evento relacionado con el SM, incluso cualquier nueva revista que apareciera, algo que parecía impensable y que sorprendía a los que las hacían. Nunca he creído en la competencia, sino en la colaboración. El problema con las fiestas solía residir en que aunque la revista era mensual, tenía que estar entregada en la imprenta un mes antes de su salida. Por eso, a veces, nos mandaban información sobre una fiesta o evento y éste no llegaba a aparecer porque la información nos llegaba un par de semanas antes de dicho evento. No obstante intentábamos que nos enviaran material para informar sobre la fiesta e insertar los números de teléfono de información para que los lectores estuvieran prevenidos para la próxima. En la web seguimos la misma filosofía, pero la verdad, actualmente casi nadie nos manda información sobre sus eventos, otra diferencia con lo que había hace años y Sumissa tiene un considerable nivel de visitas para promocionar un evento sin coste alguno. Pero bueno, eso es cosa de cada uno.

– ¿Algún día se volverá a editar en papel?

– Definitivamente, no. Es más, dudo que se vuelva a publicar ninguna otra revista especializada en BDSM en papel. Creo que Sumissa cerró un ciclo. Y es más, la revista debería haber cerrado un año antes, pero mi cabezonería, que me gustaba lo que hacía y el amor al papel me hizo no darme cuenta de que la aventura hacía aguas desde hacía tiempo.

– ¿Tuvo muchas pérdidas?

– Demasiadas. De hecho, como te digo, debería haberla cerrado un año antes de encontrarme con varios millones de pesetas en deudas. La gente no se da cuenta, pero la edición en papel conlleva unos gastos tremendos. Nosotros cada mes teníamos unos gastos medios que superaban con creces los dos millones de pesetas, uno era tan sólo la impresión de la revista. Muchos piensan que tenía un precio de venta al público alto, pero es que no teníamos publicidad y del PVP nosotros sólo recibíamos el 50% ya que el otro 50% era para la distribuidora. Y de ese 50% de ingresos había que eliminar los costes de impresión, material, transporte y demás, con lo que realmente la revista existía
porque los cuatro amigos que la hacíamos queríamos que existiera, no porque fuera rentable. Personalmente pasamos momentos muy duros económicamente con Sumissa. Perdí una tienda que tenía por dedicarle todo mi tiempo a la revista, tuve que hipotecar mi casa para seguir adelante, varias distribuidoras se quedaron con el dinero de las ventas y con las revistas, hasta que finalmente tuvimos que distribuirla nosotros mismos porque estaba claro que teníamos que tener pinta de pardillos, ya que todas las distribuidoras con las que trabajamos nos estafaron.

– ¿Cómo se puede conseguir actualmente la revista?

– Busca en Ebay. Nos quedaba un fondo bastante interesante, lo vendimos prácticamente al peso cuando dejamos de editarla, pero de nuevo, la distribuidora que compró los fondos de la revista nunca nos pagó y nunca pudimos realizar una tirada especial que teníamos proyectada con lo mejor de Sumissa, como una forma de despedida, pero el dinero que necesitábamos de nuevo no apareció por esto que te he contado, al vender el fondo de la revista a otro estafador.

 

– La publicación se nutría fundamentalmente de relatos. ¿Qué piensas de los relatos? ¿Perjudican o benefician al BDSM?

– Efectivamente, casi el 50% del contenido de Sumissa eran relatos. Los relatos ni benefician ni perjudican, son un entretenimiento que pueden incluso darnos ideas interesantes a desarrollar, pero siempre teniendo claro que un relato no es algo real. La propia idea de relato conlleva implícito el desarrollo de una fantasía. Muchos estarán basados en hechos reales, pero desde luego siempre adornados, si no serían aburridos y no cumplirían su misión de entretener y cómo no, de excitar.

– ¿Que te parece la Red? ¿Ha beneficiado o ha perjudicado al BDSM?

– Internet facilita mucho el tema de contactar con personas con gustos afines, pero desgraciadamente ha empobrecido al mundillo BDSM de forma casi alarmante. Me explico. Hace 10 ó 15 años había más fiestas BDSM y de una calidad inigualable a las que pueda haber ahora, y eso que no existía Internet, las convocatorias eran a través de las publicaciones o del boca a boca. Ninguna de las fiestas que puedan organizarse actualmente han superado el número de asistentes que había a finales de los 90. Para mí, al igual que para muchos, Internet es un medio, pero para una inmensa mayoría es un fin en sí mismo. Hay más curiosos que aficionados reales y eso empobrece nuestro mundillo porque es muy complicado separar el grano de la paja. Además ahora existe el fenómeno de los que quieren sentar cátedra en un mundillo en el que es imposible hacerlo. En los sentimientos de cada uno es imposible poner barreras. Los protocolos generalizados encorsetan el BDSM, un mundo en el que hay pocos límites a la fantasía.

-¿No crees entonces en los protocolos dentro del BDSM?

– No creo en unos protocolos impuestos. Nadie puede dictarlos, ni fijarlos. Cada persona es un mundo y cada relación puede tener sus propios protocolos fijados por ellos mismos con aquello que les produce morbo y enriquece su relación, pero nunca jamás
pueden ser aplicables al resto. Muchos copian las normas y protocolos de Historia de O, y está bien, tienen su morbo, pero si alguna cosa no te gusta no tienes porqué aceptarla por muy sumiso/a que seas. Otros se inventan sus propios protocolos y normas, y eso es fenomenal, es lo suyo, lo malo es cuando quieren imponerlo al resto, dando al traste con grupos y foros que podrían ser de lo más interesante. En definitiva, pienso que los protocolos y liturgias establecidos para todo un grupo por igual se parece mucho a una secta religiosa, donde se encorseta la libertad de cada uno a elegir aquello que más le gusta y sobre todo poder rechazar aquello que le disgusta.

– A lo largo de su historia habéis recibido varios premios, ¿verdad?

– Así es, creo que han sido unos 11 galardones en diferentes apartados, entre ellos 3 como mejor revista especializada. Los premios están bien como reconocimiento a un trabajo, pero poco más. Ah, también van bien para aguantar los libros en la estantería y
para fardar con las visitas.

– Y a nivel nacional… ¿os sentís reconocidos?

– Nunca buscamos ningún reconocimiento, aunque espero que muchos valoren la labor que realizamos, de la que nos sentimos muy orgullosos. Lo que sí nos impresionó y sorprendió en los 10 años de existencia de la revista fue el reconocimiento internacional, que fue mucho más llamativo y muy por encima del nacional. Nos hicieron miembros honorarios de la Comunidad del Cuero de San Francisco, del Doma Club de La Haya, del OWK y de infinidad de asociaciones y clubs de muchos países. Incluso en Australia quisieron comprar los derechos de Sumissa para publicarla allí. También nos sorprendió el hecho de que realizaran reportajes sobre nuestra publicación en televisiones como en Alemania, Holanda o Inglaterra, desde donde, por ejemplo, me llamó personalmente Jean Paul Gaultier para una entrevista en un programa que dirigía y presentaba entonces en la televisión británica.

 

– ¿Lo de fuera es siempre mejor? ¿Porque se valora más lo de fuera?

– Lo de fuera no es mejor ni peor, es diferente. De todos es conocido que la envidia es el deporte nacional. Cuando algo de aquí triunfa, se intenta menospreciar, cuando no hundir, por todos los medios y sorprendentemente, cuando ese algo desaparece se rasgan las vestiduras y hay colas para adquirir aquello que en su momento no valoraron y despreciaron. Además, que no se valoren más nuestras cosas es parte del cainismo nacional, donde parece que preferimos siempre los productos extranjeros a los propios. Pero eso ocurre en todos los ámbitos, algo que perjudica a la propia economía del país. Es como el cine español, es de los mejores a nivel mundial con diferencia y sin embargo es más apreciado fuera. En otros países existe el chauvinismo, en España el papanatismo. Personalmente procuro siempre comprar productos españoles. Cuando voy al super (español, por supuesto) miro que lo que compro sea hecho en Sevilla, si no en Andalucía, y si no en España, pero nunca producto extranjero, a no ser que sea inevitable. Si todos hicieran esta pequeña aportación otro gallo nos cantaría. Además no
tiene comparación el cuero nacional al extranjero, ni la fruta, ni las hortalizas, ni el cine, ni la creatividad, ni monumentos, ni lugares, ni la gente y sobre todo las mujeres españolas, que vas a Inglaterra entras en un bar y el 80% de las mujeres son feas o poco agraciadas, en España es al contrario, el 80% son hermosas y el otro 20% la mar de simpáticas. Espero que no haya sonado muy machista esto último.

– Sabes que la revista ha sido la entrada al tema para mucha gente. El primer contacto que muchos han tenido con el BDSM…

– Sí, y para nosotros supone una gran responsabilidad. Muchos lectores nos lo comentaban en su momento, e incluso aún hoy día siguen llegándonos mensajes de agradecimiento al respecto, aunque las gracias siempre las tenemos que dar nosotros por habernos dejado entrar en su mundo y leernos. Por eso siempre hemos sido muy exigentes y sensatos con aquellos temas donde tratábamos las disciplinas SM.

– Vosotros también fuisteis de los primeros que tuvisteis un canal de IRC llamado como la revista…

– Sí, montamos un canal de IRC, montamos un foro y otras cosas más cuando nos introducimos en la Red en el 2000, pero al final terminamos cerrándolo todo.

-¿Por?

– Por lo de siempre. Cuando estás detrás de una revista no deja de haber cierta barrera con los aficionados. Con el canal de chat, foros y demás, esa barrera se rompió y esa era nuestra intención. Además se intentó que todo fuera libre, que cada uno se expresara como le saliera del alma y que todos participaran. Para su momento, el llegar a tener a 800 afiliados en un foro era todo un logro. Pero aparecieron los de siempre, aquellos que no respetan la opinión de los demás y siempre tienen que rebatirla como si todos estuvieran equivocados y ellos no. Ese tipo de personas que abundan tanto en la Red dentro del BDSM son los que ocasionaron que cerráramos tanto los chats, como foros o
páginas de contactos completamente abiertos y libres, donde cada uno ponía su contacto, su mail y nosotros no interveníamos en nada. Y ese tipo de personas son las que siguen ocasionando que pocas cosas funcionen realmente en el mundo del BDSM.

-¿En una página de contactos también…?

– También. Iba bastante bien, había muchos contactos, la gente escribía lo que quería, ponía su e-mail y contactaban directamente. Nosotros sólo poníamos, digamos, el tablón de anuncios. Pero hubo personas que abusaron de eso, incluso recibimos alguna denuncia porque había contactos con una dirección de correo que llevaba a un móvil de alguien ajeno a nuestro mundillo y cosas por el estilo. Así que decidimos cerrarlo todo. Una pena, pero es lo que hay.

– Sin embargo ahora no has dudado en crear una página de la publicación en Facebook, que por cierto va bastante bien.

– Facebook es una buena herramienta en todos los sentidos y es una forma de acercar la revista a quienes no la conocieron. Particularmente descubrí Facebook sobre mayo de este año y abrimos la página de amigos de la Revista Sumissa, simplemente por diversión. Pero las posibilidades de Facebook son enormes en muchos sentidos, como organizar grupos, conocer gente, realizar reuniones… Ahora todo depende de cómo se utilicen las herramientas que tenemos a mano. Espero y deseo que haya buenas iniciativas y que lleguen a buen puerto y que quienes las ideen tengan la paciencia necesaria.

 

– A nivel personal también tienes pagina y blog. Estás a la última, ¿eh?

– Más bien estoy en las últimas. Como todo, me encuentro con algo, me gusta, me lío a escribir y hacer cosas, y al poco veo que me aburre o creo que no conecto con la gente y lo dejo de lado.

– Por cierto, ¿sabes que tienes una entrada en la Wikipedia?

– Como parte de mi pequeño egocentrismo, también soy de los que pongo mi nombre en Google y curioseo en los resultados.

– El siguiente hito en tu carrera fue dirigir películas porno, ¿Cómo te dio por ahí?

– La verdad, de rebote y por una anécdota. Estaba un día en casa de José María Ponce, que entonces era el director del Festival, y sobre el mueble del salón había una réplica en escayola de la estatuilla que daban como premio en el Festival Internacional de Cine Erótico de Barcelona. Como la Ninfa me encantaba le pedí a Ponce que a ver si me hacía una copia para tenerla en casa, aunque fuera así, de escayola, me dijo que la Ninfa había que ganarla. Le pregunté cómo y me dijo: haciendo una película y que el jurado la premie. Y le dije, pues vale, haré una película. A los tres meses tenía la estatuilla en el salón de casa y no era de escayola.

– ¿Por qué no se hacen más películas nacionales sobre BDSM?

– La pregunta no sería porqué no se hacen más, porque sencillamente nunca se han hecho, más allá de algún que otro intento muy puntual por hacer algo medio decente dentro del BDSM. El problema es el de siempre, el dinero. Nadie quiere invertir. Las productoras quieren invertir en una película 2 ó 3 mil euros y ganar 30 mil, y de forma inmediata.

– Algunas veces viendo las películas que se hacen de esta temática parece que todo se limita a hacer perrerías a las y los sumisos.

– Es cuestión de gustos. En Rusia se está haciendo un material más que interesante, muy trabajado, preocupándose del vestuario, guiones y localizaciones adecuadas, además de encontrar unas películas BDSM donde puedes visionar desde el sado más “normalito”, hasta escenas realmente impactantes, pero sin descuidar nunca cierta elegancia en lo que nos muestran. Creo que es en Europa donde se está bajando el nivel de una forma alarmante, pero creo que es lo mismo, mal gusto y poco presupuesto.

– Con el tema de las fotos has tenido experiencias mas satisfactorias…

– Es otro mundo, menos complicaciones, eres tú y las personas que están siendo fotografiadas. Me gustaría recalcar que en Sumissa nunca ha habido modelos profesionales, siempre hemos recurrido a amigos y conocidos, además de las personas que se ponían en contacto con nosotros para participar en sesiones fotográficas para la revista.

– ¿Es cierto que tu trabajo como fotógrafo ha sido reconocido en Estados Unidos y en diversos países de Europa?

– Han publicado imágenes mías, no sé si eso es reconocimiento, pero personalmente, me pone ver imágenes realizadas por mí en publicaciones del resto de Europa, América o incluso en Japón.

– Cada vez hay más referencias al tema en los medios de comunicación. ¿Es eso un reflejo de un mayor interés real de la gente o lo hacen por morbo?

– Lo de los medios de comunicación es una tontería como otra cualquiera. No le echo apenas cuenta a eso y no creo que haya que crear un discurso para vender el caballo a nadie. Me explico, creo que es una chorrada querer difundir una especie de mensaje de normalidad al resto de los mortales para que nos comprendan. Yo no necesito que nadie me comprenda. El BDSM es parte de mi sexualidad, por lo tanto de la parte más privada de mi vida, parte que comparto con quien quiero y que no tengo que justificar ante nadie y mucho menos a nivel mediático. Si a alguien le gusta el coito anal no tiene que ir aireándolo para que el resto del mundo comprenda que le gusta, además, ¿para qué? Las prácticas sexuales son totalmente libres en nuestro país, sean del color que sean, incluyendo el BDSM. No cometes ningún delito, es de lo más normal, así lo vivo y lo he vivido siempre. No necesito que nadie comprenda el porqué me gusta o deja de gustar. Es más, es algo que a nadie le importa más que a nosotros mismos. Lo veo como querer hacer proselitismo del BDSM al resto y para gustos los colores.

– ¿Entonces qué opinas en lo de salir del armario?

¿Qué armario? ¿Hay gente metida dentro de un armario? Si es porque el amo/a ha castigado al sumiso/a como correctivo a estar dentro del armario donde se guardan los látigos, zapatos y demás juguetes, bien, sino, no entiendo eso de salir del armario. Personalmente no veo ningún armario en el BDSM al estilo del mundo gay. Es completamente ridículo y no sé a que mente se le ocurrió tal cosa en su día. A ver,
comprendo que en el mundo gay hay que “salir del armario” porque está condicionado a muchos niveles: sociales, laborales, familiares… A tu familia le presentas a tu “amigo” no a tu novia o en el trabajo vas a la comida de empresa con tu pareja del mismo sexo. Es del todo normal que se quiera comunicar tu condición sexual, como forma de liberación de las presiones sociales que a ese nivel se puedan sufrir. Pero dentro del BDSM, si es con una amiga o tu pareja con quien lo practicas, a tu familia presentas a tu novia, y es con ella con la que vas a todas partes. Sería del todo ridículo querer que todo el mundo conozca vuestra relación sadomasoquista. Como he dicho anteriormente, el BDSM forma parte de la sexualidad de cada uno y eso no interesa absolutamente a nadie más que ti mismo, y si lo quieres compartir lo lógico sería hacerlo con personas con gustos afines y ya está. Ya he dicho que es una verdadera tontería querer que el resto de la humanidad conozca o comprenda porqué te gusta el BDSM, sigo pensando que es una forma de querer justificar algo que no necesita justificación alguna y si
necesitas justificarte es porque crees que haces algo malo y ahí radica el problema, soluciónalo y deja de comerte la cabeza.

Otra cosa es el exhibicionismo. A muchos les gustaría realizar algunos de sus juegos en lugares público, como pasear a su esclava por la calle con correa y collar mostrando cuerpo y cosas por el estilo, algo comparable a quienes les pone echar un polvo en un lugar transitado, pero ese es otro tema completamente distinto. Lo que hace el resto de la humanidad y sus perversiones en la cama a mí no me interesa, de la misma forma que a ellos no les interesa lo que hago yo.

– Lo último por lo que has sido noticia es por la publicación del libro “Las Reglas del Juego”. ¿Cómo surgió la idea del libro?

– La verdad es que el interés vino por parte de Ediciones B. El libro es la recopilación de todos los monográficos dedicados a las diferentes disciplinas BDSM publicados a lo largo de los 10 años de existencia de Sumissa. Compilados los tenía desde 2003, pero no tenía ninguna intención de publicar un libro. Quien me comentó la posibilidad fue Andrés Casabona, el responsable de Sumissa en Barcelona y subdirector de la revista desde 1998, alguien completamente imprescindible en la historia de Sumissa. Me pareció interesante y Andrés se ocupó de ponerlo en marcha y llevar las conversaciones, sobre todo que no se tocara nada y que fueran publicados los textos tal cual. Y así fue.

El libro, por contrato, también llevaba unas 25 ilustraciones en un principio, pero la editorial no llegó a incluirlas, ya que se gastó el presupuesto en el formato de tapa dura y demás. El resultado es bastante bueno, aunque hecho en falta las imágenes que deberían haber incluido.

 

– ¿Cuáles son las principales reglas en el BDSM?

– Que no hay reglas. Las reglas las pone cada uno en cada momento según te lo vaya pidiendo el cuerpo. El libro primordialmente expone eso, todos somos libres de elegir en todo momento. Pero lo principal es acercar las distintas disciplinas que componen el mundo del BDSM, y por encima de todo la seguridad, ya que algunas de ellas conllevan ciertos riesgos a tener muy en cuenta.

– Supongo que tras la publicación muchos se habrán acercado a plantearte sus dudas. ¿Cuáles son las principales?

– Los que se inician siempre buscan que alguien les aclare un poco qué es eso del BDSM que tanto les gusta, si son bichos raros o es normal. Intento aclarar lo que buenamente puedo y sobre todo que esto es lo más normal del mundo, siempre que te atraiga, claro. Pero recalco siempre la libertad de cada uno a elegir qué le gusta y qué no, y que nadie te imponga su manera de ver el BDSM. Si algo no te gusta, recházalo de plano. Si el placer en el BDSM no es compartido entre quienes lo practican, eso no es BDSM.

 

– ¿Y los principales errores que comete la gente?

– Todos cometemos errores alguna vez, yo no sé más que nadie y también he metido la pata en más de una ocasión, lo interesante es que esos errores nos sirvan para aprender a no caer más en ellos.

– Supongo que tu amplia experiencia te habrá ayudado mucho a la hora de escribirlo.

– Como te he comentado yo no soy más que nadie ni lo sé todo, ni lo pretendo. Indiscutiblemente, la mayoría de los monográficos sobre las diferentes disciplinas los he escrito yo, al igual que todos los relatos que contiene, pero hay muchos capítulos que han sido desarrollados por otros con más experiencia en cada disciplina en concreto y que aparecen en la parte de agradecimientos del libro. Y de hecho todos los que lo han leído antes de su publicación, que no fueron pocos, me dieron muy buenos consejos para rectificar más de un detalle.

– ¿Cuáles son los objetivos que persigues con el libro?

– La verdad es que nunca he perseguido nada y cuando lo he perseguido se me ha escapado, corro poco y me canso pronto. Pero si el libro tiene algún objetivo es poder ayudar a aquellas personas que dan sus primeros pasos en el BDSM, e incluso a quienes cuentan con años de experiencia, ya que el libro no es sólo para neófitos. A mí me hubiera encantado contar con algo así hace 30 años, menos mal que conté con la revista Sadomaso para saber poner nombre a aquellas prácticas y que me ayudara también a poner en marcha mi imaginación y hacerme descubrir nuevos caminos.

– ¿Se está vendiendo bien? ¿Qué criticas has recibido?

– No sé realmente cómo van las ventas, se editaron unos cuatro mil ejemplares y hasta ahí llego. Sobre las críticas, pocas hasta ahora, casi todas buenas y las que no lo son las respeto y las acepto, sobre todo cuando son constructivas y aclaran el porqué puede no gustarle esto y aquello. Como siempre ha sido mi filosofía, acepto todo tipo de sugerencias y críticas, cuatro ojos ven más que dos y seis más que cuatro y yo soy el último en pensar que lo hago todo bien. Quizás sí hay algo que me molesta y es que hay muchos con blogs y otros medios que evitan comentar o decir que existe el libro. Personas que ni conozco ni me conocen, pero que como de costumbre, al ser algo nacional intentan minarlo de esa forma. Como expuse antes, es parte del cainismo nacional, que perjudica cualquier iniciativa de forma alarmante, y mucho más si es simple información de lo que hay y que puede servir a muchos otros aficionados al BDSM. Pero bueno, hay personas que quieren aportar y ayudar al BDSM en general, mientras otros lo hacen meramente de forma particular.

– ¿Se puede encontrar en librerías convencionales?

– Es que sólo se encuentra en librerías convencionales y grandes almacenes, como El Corte Inglés o la Fnac. No ha sido introducido en el circuito de sex shops ni otras tiendas para adultos. También es verdad que encontrar… Los que les llegaron a las librerías se agotaron y hay que pedirlos expresamente para que te lo traigan.

– En el capitulo que precede a esta entrevista hablas, entre otras cosas, de un sentimiento de culpabilidad que muchos sienten cuando empiezan su andadura por estos mundos y que ha llevado incluso a bastantes al psicólogo. ¿Cómo se puede afrontar?

– No lo sé, porque no sé qué hay que afrontar. Comprendo a quienes el sentimiento BDSM que llevan dentro les procure a veces dolor y confusión. Pero no tengo las palabras mágicas. Como digo, antes de querer que los demás te comprendan tienes que comprenderte a ti mismo y ahí es donde tiene que centrarse y volcarse el mundo del BDSM, que todos los aficionados se encuentren a gusto y lleguen a comprenderse, antes de querer hacer comprender el sadomasoquismo al resto de la humanidad.

– Por cierto ¿qué es para ti el BDSM? ¿Y la DS? ¿Qué termino prefieres?

– SM, soy un clásico. El resto de términos no los tengo muy en cuenta, al igual que sus sesudas descripciones.

 

– Tengo entendido que tienes planes para más libros. ¿Nos puedes adelantar algo?

– No tiene nada que ver con el BDSM, es más, intento no escribir más sobre BDSM. Llámalo cansancio de escribir siempre de lo mismo o quizás nuevas metas o inquietudes, pero en estos momentos incluso me aburre muchísimo escribir sobre el tema, hay otras personas que tienen mucho más que contar sobre BDSM que yo. En esta ocasión me he inclinado por una historia de ficción ambientada en un futuro próximo, donde se resalta la necesidad de la unión del ser humano con la Tierra, ambos como parte de un mismo ser. “La Tierra no pertenece al hombre, el hombre pertenece a la Tierra”, es un axioma Navajo que me dio pie a la historia.

– ¿De tus múltiples facetas con cuál te quedas?

– Me es difícil elegir alguna, aunque ahora mismo me inclino más por escribir. Son etapas distintas en la vida.

– ¿Qué te falta por hacer?

– Lacerarme las venas al estilo romano cuando todo me aburra y crea que no haya nada más que hacer o me apetezca hacer en la vida.

– ¿Cómo te da tiempo a hacer tantas cosas a la vez?

– Estoy en paro, tengo mucho tiempo libre.

– Y ahora qué. ¿Qué planes tienes para el futuro?

– Esperar que salgamos de la crisis y que todo vuelva a su caudal para poder seguir haciendo cosas, mientras tanto, como muchos, espero con paciencia y cierta angustia.

– Pero tienes algunos proyectos nuevos en marcha…

– Así es, no puedo estar quieto. Actualmente estamos poniendo en marcha Sumissa en México, pero de forma completamente independiente, realizada por y para aficionados de México, nosotros sólo cedemos el nombre y el espacio para que el proyecto salga adelante. Espero ampliar la idea a Chile o Argentina. Estoy hablando de proyectos en Internet, ya que al igual que aquí editar en papel hoy día es inviable. Además, acabamos de poner en marcha sadomania.net, otro espacio en la red dedicado exclusivamente al BDSM que pretende convertirse en un directorio con todo lo relacionado con el BDSM hispano, dentro del cual también ofrecemos espacio completamente gratuito para que grupos e iniciativas BDSM tengan alojamiento propio en Internet para sus proyectos, gestionados en todo momento por ellos mismos. Quiero invitar a los que hacéis Cuadernos BDSM a que os unáis a este proyecto donde se pretende aunar esfuerzos entre todos. Cuántos más seamos, más nos divertiremos.

– ¿Cuál ha sido el papel de tu pareja en todo esto?

– Dice un refrán que “detrás de todo gran hombre siempre hay una gran mujer”, doy fe. No es que yo sea o haya sido un gran hombre, sino que mi pareja sí que es una gran mujer que siempre ha estado a mi lado en todo momento, en los buenos y sobre todo, en los malos.

– ¿Podemos decir que vives de esto?

– Se puede decir que sí, ya que le dedico casi todo mi tiempo a Sumissa. De tener un trabajo “normal” y de no haberme arriesgado en su día a dejarlo todo por Sumissa, la revista y la web nunca hubieran existido.

– ¿Has tenido alguna chica que quería ser tu sumisa por ser quien eres?

– Imagino y espero que no. Lo que sí me ha ocurrido en alguna fiesta o reunión es que algún dominante me ha ofrecido a su esclava precisamente por ser el director de la revista Sumissa, queriendo ver mi supuesta maestría. Obviamente he rechazado toda insinuación de este tipo. Primero porque no conozco a la persona con la que voy a tener una sesión y segundo, porque nunca estoy seguro si realmente a esa persona le apetece o es simple imposición y se entrega por una obediencia mal entendida. He tenido relaciones más o menos largas con sumisas y desde luego no porque yo fuera el director de una revista BDSM, sino porque soy un aficionado más y tras largas conversaciones y
conocimiento mutuo, aunque llevo retirado del BDSM activo algún tiempo.

 

Les recomendamos que no dejen de visitar los sites del autor: http://www.sumissa.com/ http://sadomania.net/

Si no conocieron las revistas Sumissa o Perverssa, o sienten nostalgia, les recomendamos se descarguen los números disponibles en: http://www.sumissa.com/bdsm/bdsm_sumissa.htm

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