Betty Mae Page nació en 1923 en Nashville, Tennessee (EE.UU.), hija del matrimonio de Walter Roy Page y Edna Mae Pirtle, siendo la segunda de seis niños en una familia proletaria, de bajos ingresos. El divorcio de sus padres, cuando Betty sólo tenía diez años, hizo que ella y dos de sus hermanas tuvieran que ser ingresadas en un orfanato, en el que vivieron durante unos años, y en donde aprendieron a coser, para tener una profesión con la que ganarse la vida.

Pero ya desde muy joven, Betty mostró un gran interés por el cine, la interpretación y por la vida de las modelos de fama, llegando a ser, en sus años adolescentes, la coordinadora del grupo de Arte Dramático del instituto en que estudiaba. Y ya en 1943, a los veinte años de edad, se casó con un tal Billy Neal, con el que se trasladó a San Francisco, lugar en el que le ofrecieron el primer trabajo profesional en el mundillo que la apasionaba, como modelo de abrigos.

Sin embargo, su matrimonio hizo aguas a finales de 1947, y Betty se trasladó a Coney Island en busca de mejores horizontes profesionales, y allí conoció, en 1950, a Jerry Tibbs, un agente de policía y fotógrafo amateur, quien le hizo sus primeras fotos como pin-up y le presentó a Cass Carr, un músico jamaicano apasionado de la fotografía y que dirigía una serie de clubs de fotografía amateur en Nueva York.

Carr le introdujo en el mundillo de las modelos para fotógrafos aficionados… y de ahí a ser modelo profesional sólo había un paso.

Pronto Betty empezó a ser solicitada por fotógrafos profesionales, para posar en reportajes destinados a las revistas eróticas de la época (muy recatadas por el puritanismo entonces imperante en los Estados Unidos). Y, así, Betty empezó a ser conocida por los lectores de las “revistas para hombres”, y su innegable encanto la  hizo famosa a través de sus muy numerosas apariciones en las diversas publicaciones eróticas populares de ese entonces, tales como Eyeful, Beauty Parade o Wink.

Tanto así que, en 1955, le concedieron el galardón de Miss Pinup Girl of the World, y coronando su ascenso a la fama en enero de ese mismo año se convirtió en la Playmate del mes en la recién nacida revista Playboy, cuyo director,  Hugh Hefner, se convirtió en uno de los mayores artíficies de la popularidad de Page… popularidad que sigue hasta hoy en día, aún después de fallecida, ya que es tenida por la auténtica musa del fetichismo.

La famosa fotógrafa erótica Bunny Yeager también contribuyó a la fama de Betty al hacer de ella la modelo de algunas de sus más logradas fotos.

Pero su paso al campo especializado del fetichismo y el bondage fotográficos se debió, sobre todo, al editor y fotógrafo Irving Klaw que la hizo protagonista de numerosas series de fotografía en las que Betty normalmente aparecía en ropa interior y tacones altos, a menudo con un látigo o fusta en sus manos y dominando o dominada por otra modelo.

No obstante, no eran aquellos buenos tiempos para el erotismo en los Estados Unidos y aún más para el erotismo “diferente”. Y llevado ante la Justicia (?), el empresario se vio obligado no solo a abandonar su trabajo, sin o además a destruir su archivo de originales (¡que obsesión tienen los censores con las “llamas purificadoras”!)

Esta circunstancia que truncó su floreciente carrera, así como un nuevo casamiento, ahora con Armand Walterson, llevó a Betty, en 1958, a  desaparecer de la vida pública, posiblemente para evitarse males mayores en un enfrentamiento con la poderosa y vengativa Liga para la Decencia. Lo que es más, pocos meses después de su boda con Walterson, Betty dio un vuelco total a su vida, convirtiéndose en una devota cristiana, casi fundamentalista.

Así desaparecida de la vida pública, se pierde su rastro. Pero, posteriormente, se supo que Betty ingresó a una Iglesia Evangélica Bautista, en donde estudió teología, mientras colaboraba en las campañas del famoso evangelista televisivo Billy Graham. Más tarde, incluso viajó a Angola en calidad de misionera, trabajando en aquel país africano en la evangelización cristiana.

Desde su abandono de la pornografía y fotos eróticas, Betty mostró una clara aversión por las cámaras fotográficas y casi no se conocen fotos de ella tomadas desde entonces, aunque en el 2003 se le tomó una, en la que aparece vestida elegantemente, para la que aceptó posar tras mucha persuasión por parte de uno de sus biógrafos. Y fueron muy escasas las veces en que de ella habló la prensa, una de ellas, en los años 1960, a raíz de su divorcio de Walterson.

Claro que el interés que por ella sentían los aficionados al BDSM y el incansable aliento de los que querían ser sus biógrafos, llevaron a Betty a reconsiderar la que sin duda había sido la etapa más brillante de su vida: su época de modelo… y a reconciliarse con ella. Eso la llevó a acudir, en los últimos años de su vida, a reuniones de aficionados a las fotos de pin-ups, donde era festejada como se merecía la mayor de las modelos de la historia del fetichismo.

Finalmente, a los 85 años, Betty murió en la ciudad de Los Ángeles, el 11 de diciembre de 2008, a causa de una neumonía… pero por sus fotos, las del naciente fetichismo patrocinado por Irving Klaw, Betty Page es inmortal, sobre todo entre los amantes del BDSM.