Evolución de una sissy

Hace unos 7 años que empecé a estar en activo en el mundo del bdsm, en mi faceta de sissys maid sumisa me atraía y me daba mucho morbo la idea de verme en lo prohibido, lo que no era habitual en un chico, o sea me gusta mucho la idea de verme de chica y más haciendo las tareas del hogar.

Empecé a escondidas, en el cuarto de baño de la casa de abuela, probando los distintos delantales que dejaban colgados detrás de la puerta, y me sentía en un estado libre y de confort, así una larga temporada, después ya eso empezó a caer en vacío y cuando iba algún bar o restaurante me quedaba mirando fijamente el vestuario que usaba la gente de la cocina, especialmente el vestuario femenino, con muchas ganas, internamente, de poder usarlo y verme igual que ellas.

Transcurrido un tiempo, empezó a llamarme atención un tipo de vestuario un poco concreto, lo veía principalmente en los hoteles, es el vestuario de cámara de piso, bata con delantal, lo veía con ansias de poder ponérmelo para ver cómo me sentía con él puesto, claramente me estaba adentrando en el mundo de la servidumbre, me hacía la idea de poder ponerme esos tipos de uniformes y poder servir. Pero eso era siempre sueños y alucinaciones, hasta el día que navego por internet y descubrí el  maravilloso mundo de de bdsm, que no existe nadie que te juzgue por tus gustos y fantasía… así empecé a interesarme por este mundo y rápidamente me di cuenta que encajaba en una línea de bdsm, que era la servidumbre hacia una persona. Nuevamente empecé a investigar y averiguar casos de bdsm en esa rama concreta, veía con mucha frecuencia a hombres que les gustaba servir a otras personas, y ya sabía lo que podría gustarme, me puse a ver la fórmula correcta para poder introducirme en el mundo de bdsm de servidumbre.

Al poco tiempo contacté con una Señora Domina, que me entrevistó y tras exponer mis gustos sobre los uniformes y la servidumbre, la Señora me vio interesante y me ordenó que tenía que comprarme una bata y un delantal, para poder servirle correctamente. Hice la compra y quedamos un día para estrenar el uniforme y poderme a sus servicios. Las primera veces, cuando  yo estaba vestida con la bata y delantal, me ponía bastante nerviosa a ver si había alguien más que podría verme así vestida… cada vez que iba a servir a la Señora tenía que vestirme con la bata y delantal, pero al poco tiempo me resultaba que era poco para mi exigencia interna…  y se lo comenté a mí Señora, que un simple uniforme de bata y delantal empezaba a saberme a poco… mi Señora me planteó dar un paso más y me propuso que mientras que usaba la bata y el delantal, usase lencería femenina  y en castidad.  En ese momento no supe qué responder a mi Señora, pero ella me dijo que me tomara mi tiempo y lo pensara… Al acabo de unas horas estaba  limpiando a fondo la cocina y mi Señora se acercó para supervisar cómo estaba realizado mis labores, mi Señora de dio el visto bueno, pero antes de que se fuera de la cocina le pedí permiso para hablar y mi Señora me lo concedió:

—Señora, ¿recuerda que antes me planteó dar otro paso más? lo he pensado limpiando la cocina y he decidido ponerme en sus manos, porque mejor que Usted, no sabe nadie lo que me conviene mi Señora.

—Vale, así me gusta mi putita, termina de limpiar que después hablamos —Yo me metí más en mi tarea para terminar pronto y poder hablar con mi Señora.

Al cabo de 30 minutos ya tenía la cocina impoluta, llamé a mi Señora y verificó que estaba todo correcto, me invitó a pasar a una sala y la Señora tomó asiento y me ordenó que me sentarse delante de ella, pero dijo:

—Vamos a ver señorita, o mejor dicho  futura señorita, me encanta tu forma de hacer las cosas y el espíritu que pones, yo me ofrezco a sacar de dentro de ti la mujer y chacha que siempre deseaste ser.

Yo me quede en silencio… —Pero Señora ¿cómo sabe mi deseo?

—Muy fácil, por tu pasión a la hora de hacer las cosas, aquí estoy yo si tu deseas y te voy a transformar en una ama de llaves auténtica.

Me puse nerviosa y le respondí que si, acepté, y la señora cogió un bolígrafo y papel y empezó a apuntar cosas:

Derechos: solo tienes derecho hablar cuando se te pregunte.

Obligaciones: has de estar siempre lo más femenina posible, hacer la labores del hogar, aprender a andar con dulzura y soltura con zapatos de tacón, debes estar perfectamente uniformada, estar atenta a tu Señora…

Así  una larga lista de obligaciones. Y poco a poco y  con mucho tiempo mi Señora me evolución a lo que soy actualmente, una sissy sumisa de servidumbre, lo más importantes que me enseñó es: “sé tu misma y viste sin importarte quien está o deje de estar, así sólo serás una sissy operativa y útil”

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