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EL COLLAR

Puta cría de 23 años, me tiene loco, la muy perra sabe provocarme, sabe lo que me gusta, a pesar de ser dómine me tiene dominado, sin pensarlo, me pondría a sus pies. A la primera me pareció dulce y pura, era guapa, y simpática, pero, a medida que he ido hablando con ella me di cuenta de que es fuego puro, me pone demasiado cachondo, he estado con mujeres que no son la mitad de lo que es ella, cuando me confesó que era sumisa, no me lo pude creer, el cielo me había enviado un ángel, pero, me equivoqué, era el mismísimo Diablo sobre la tierra…
-Espera, no deberías salir así.
-¿Por? He venido hasta aquí así vestida, puedo salir de aquí así vestida.
-Das una imagen muy poco apropiada. Eres más que eso.
-Lo sé, solo quiero que vean lo que realmente quiero que vean.
-No me gusta. Bájate más la falda
– Jummm…, ¿Así?
– No me provoques, bájate más el vestido.
– Si tanto te molesta, ven y bájamelo tú.
– Me estás haciendo enfadar.
(Ella se paseó por toda la estancia, con la falda remangada, se podía notar que llevaba una combinación debajo muy elegante, a pesar de que le molestaba, y se veía bastante irritado, otra parte de su anatomía iba por libre)
-¿Sabes? Lo que tienes entre las piernas no opina lo mismo.
-Eres una bruja.
-Lo que quieras, pero te jode que otros me miren.
-Si, si me jode y mucho, intento protegerte, sabes cómo son los hombres, a la mínima de cambio querrán meterte mano.
-A mi, nadie me mete mano si yo no quiero que lo haga, no suelo dejar que los hombres metan los dedos en mis bragas a la primera de cambio, conoces lo suficiente de mi sexualidad para que sepas que me gusta el juego previo, yo necesito seducir y hacerme de rogar, si no, el tío me aburre, es lo que más me gusta, mucho más que el acto en si. Pero, tú eso ya lo sabes.
(Ella ni siquiera se acercó a él, pero al oír esa respuesta a él se le erizaron los pelos, recordó ese día en que ella, diosss…ella jugó con él, le hizo arrodillarse y después no hizo nada, lo dejó en el piso, de rodillas, suplicando, mientras ella se iba, era una bruja con aspecto de ángel)
-Adentro.
-¿Perdón?
-Ya me has oído, adentro, ya.
(Su orden la puso como una moto, la hizo mojarse al instante. Ella no tuvo más remedio que obedecerle, entró a la sala de descanso, ella oyó la puerta de fuera cerrarse)
-¿Qué vas a hacer?
-Jugar a las cartas contigo.
-Eres idiota.
(Sacó una botella de licor y un vaso de chupito)
-¿Me vas a emborrachar?
-Esto no es para ti. Espera…
-Vale.
(Salió fuera, y cuando entró apareció con unas esposas y una fusta con forma de corazón)
-Me vas a dejar marca, ¿lo sabías?
-Si, se te va a quedar un bonito corazón marcado en el culo.
-¿Si lo ven?
-Me da igual, ya se te ocurrirá algo, la próxima vez no me desafíes, siempre puedes decirle a tu madre que un señor de 42 años que puede ser tu padre, está jugando contigo de una forma inmoral y pecaminosa, y está usando una fusta y un collar de perro para someterte. ¿A lo mejor lo entiende?
-No me hace gracia.
-Ni a mí. Desvistete.
(Odiaba tener que ceder ante su voz, pero su mente hacía lo que decía automáticamente, lo había cogido como hábito. Dejó la fusta encima del mueble bar y se tomó el chupito de golpe, se acercó a ella y empezó a dar vueltas como un lobo que rodea a su presa)
-Preciosa combinación. (Dijo mientras le acariciaba con la mano) ¿Tenías intenciones de hacer algo más que bailar esta noche?
-…
-Responde (Un golpe seco restalló en su trasero, enseguida sintió como la sangre iba toda a ese lugar, se le estaba creando una hiperemia y un calentamiento más que notable en esa zona)
-No (dijo ella con la boca pequeña)
(Él arqueó una ceja y la miró como si esperara algo más)
-No ¿qué?
-No, Amo. No tenía intenciones de hacer nada con nadie. (La personalidad de ella había cambiado, pasó de ser una mujer rebelde que le desafiaba por completo, a ser una sumisa que respetaba a su Amo por encima de todo)
-¿Y entonces, por qué te has puesto esto? Y no se te ocurra mentir, sé cuándo me mientes.
-Tenia intenciones de hacer algo contigo Amo.
(Él rostro de él se suavizó, estaba orgulloso de su sumisa, decía la verdad, ella quería regalarle algo especial a él esa noche, su cuerpo)
-Buena perra, pero no creas que te vas a librar del castigo. Ven, que te voy a poner el collar. (…) ¿Esta demasiado apretado?
-No, está bien Amo.
(Él tiró hacia atrás de la cadena que unía el cuello con las muñecas, ella arqueó la espalda)
-Te voy a quitar las braguitas. (…) (Él le acarició por esa zona) -Estas muy suave y también muy hinchada. (Él le dio un beso mientras le metía los dedos, ella luchó por mantener el equilibrio para no caerse, estaba atada y no tenía como sujetarse, estuvo un rato masturbandola, ella se sentía cada vez más hinchada y mojada, sus gemidos resonaban en las paredes de la estancia. Él paró y se levantó)
-Ummm, sabes muy bien, ¿lo sabías?
-¿Puedo probar Amo?
-No debería pero, toma.
(Ella se llevó su dedo a la boca, lo devoró con una necesidad casi animal, saboreando los restos de placer que él le había dado solo con un poco de su atención)
-Para. (Él le dio un golpe en su sexo con la mano, a ella se le vino el mundo encima, no acababan de empezar y las sensaciones se agolpaban en su cuerpo queriendo salir, ella se dejó caer en peso hasta quedar de rodillas y se restregó contra la erección de su Amo como un gato que busca calor)
Amo, por favor, por favor.
(El Amo sabía que ella disfrutaba dándole sexo oral, por eso se apartó rápidamente dejándola totalmente postrada a sus pies)
-No voy a ceder, así que no me supliques, soy bastante inflexible.
(Ella lo miró a él con ojitos de cordero degollado, deseaba complacer a su Amo. Él se agachó ante ella, levantó su barbilla entre el pulgar y el índice)
-Me debes 17 azotes. Cinco por no bajarte el vestido, cinco por provocarme y cinco por contestona, y dos más por restregarte contra mí sin permiso.
-¡¿Qué!?, ¿No puedes hacer eso?
-Sumas uno más por contestarme ¿Quieres más?
(Ella calló de inmediato, no quería acabar muy dolorida al día siguiente)
-Buena perra. (Cogió la fusta del mueble y la calentó un poco con sus manos)
-Preparada.
(Ella tragó saliva, no tenía miedo a la fusta pero si respeto, aunque sabía que él no le iba a hacer daño, siempre tenía esa especie de excitación mezclada con curiosidad)
-Cuenta
-Uno…Uffff…
-Es el primero gatita, no te vayas a correr todavía. (A ese azote le sucedió otro en la misma nalga, luego otro en la nalga derecha, y así fue alternando azotes sobre su trasero hasta cumplir los 18 azotes que le debía al Amo. No contento con eso, él, la penetró por detrás, mientras le masajeaba el clítoris, ella se rindió totalmente, le dolía, el anal siempre le dolía pero se entremezclaba con el placer y la sobrecarga de sensaciones era brutal. Ella se corrió primero, y él, se corrió después, fuera de ella, haciendo que el orgasmo fuese demoledor para ambos, ella sintió placer cuando notó el líquido caliente de él, resbalándole por la espalda… Después de la sesión se despidieron)
-Gracias Amo.  (Él le rozó la mejilla con el índice y le dió un tierno beso en la frente)
… (Llamada de teléfono)
-¿Dónde estás?
-Hola. (Cuando recibió la llamada se golpeó en la frente)
-¿Hola? ¿Hola?… tía ¿Dónde cojones estabas? Te estábamos esperando.
-Se me olvidó avisarte, estaba ocupada, lo siento.
-¡¿Para que mierda nos dices que contemos contigo si no apareces?!
-Lo siento.
-Olvídalo, ya lo hemos solucionado nosotras. Espero que fuera importante, ya es la segunda vez que me lo haces, estoy cansada de que digas si y después te rajes, como haces siempre.
-Vale.
-Vale, pues Adiós.
(Aunque no quisiera reconocerlo su amiga tenía razón, debería haberla avisado, si se hubiera acordado, claro, pero últimamente solo miraba por ella y por él, estaba empezando a vivir como realmente quería, buscando su propio placer, se sentía en paz cuando él le sometía)
….
-Lion . (Lion levantó la vista hacia ella)
-¿Tú crees que estoy distraída últimamente?
-Pues…un poco bombón, pero no más que otras veces. ¿Por qué?
-…
-¿Es por ese Amo tuyo?
-…
-¿Te ha hecho algo? Lo mato, yo, ¡lo mato! (Dijo él con las manos en la cabeza)
-¡¿Quieres tranquilizarte por favor?! Qué eso no es.
-Uffff, capulla no me asustes, háblame nadie te va a cortar la cabeza. ¿Qué es lo que te preocupa?
-Me preocupa que mi madre me descubra por tantas mentiras, que mis amigas pasen de mí por decirles casi siempre que no…buscar excusas es muy cansino…buaffff
(Ella hundió la cabeza en su pecho, a él le embriagó un sentimiento de paz, esa chica era única, siempre lo había sido, el hombre que se le declararse de verdad, iba a tener mucha suerte, pues este hombre desconocido poseería a la mujer sensible de gran corazón que era, y a la sumisa que le esperaba en la mazmorra para compartir sus secretos y fantasías más oscuras, él tenía su corazón ganado, lo sabía, pues ella dos años atrás se le había declarado, pero él, ante aquella confesión, no supo que decir, y no dijo nada, se limitó a mirar cómo rodaban las lágrimas por las mejillas de ella, mientras él se partía en dos. Ahora era demasiado tarde….)
-No tienes por qué buscar excusas, ni dar explicaciones, a nadie le tiene que interesar tu vida sexual. Bueno…A mi no me importa que me le cuentes, no voy a decir nada, y no voy a mentir que las cosas que me cuentas me ponen cachondo.
(Él le dió un codazo amistoso y ella sonrió)
-¿No te animarías a probarlo?
-No sé si tengo manera de Amo.
-Bueno, a lo mejor eres sumiso, o switch.
-No sé, a lo mejor me animo a ir un día a verte.
-Jajajaja, ¿A verme?
-Si, no me dijiste que te gusta que te miren mientras estás en la mazmorra con tu Amo. (Él la miró pícaramente)
-Eres idiota.
-No que va, solo que sexualmente debes de ser la ostia, tu Amo es muy afortunado.
-No se si la afortunada soy yo.
-Ni loco, es el sueño de cualquier hombre mayor, si una chica de 23 años estuviera a mis pies de esa manera, diossss…lo que daría, encima tú, que eres insaciable, y te gusta jugar, ¿A qué tío no le gusta eso?
-¿Qué pasa Lion? ¿Tu novia no te mete caña?
-No es como tú, nadie es como tú, andaaa… llévame a la mazmorra contigo y con tu Amo, por fiiii…
-Conmigo no funcionan los ojos de cachorrito.
-Por favor, me pondré de rodillas ante ti, te limpiaré las botas con la lengua si hace falta.
-¿Harías eso por mi, sumiso?  (Los ojos de ella brillaron, ahora su carácter había cambiado, a él se le pusieron de corbata al imaginar que ella lo obligaba a arrodillarse ante ella en la mazmorra, mientras suplicaba probar su piel)
-Estas preciosa
(Ella se limitó a sonreír mientras descendía la escalera del ático a los dos hombres que la estaban esperando impacientemente)
-Quieta, déjame revisarte.  (El Amo la revisó a conciencia, le gustaba que su sumisa luciera perfecta)
-Te queda increíble.
-Gracias Amo.
-Voy a ponerte el collar.  (Lion, que estaba frente a los dos, contemplaba la escena cargada de sensualidad y respeto, para él, era un mundo nuevo, solo conocía la teoría que ella le había explicado, pero nunca lo había vivido, hasta hoy)
-Bueno, Lady Nala, está noche tenemos un invitado, espero que te comportes.
-Nunca se me ocurría dejarle en mal lugar, Amo.
-Buena perra.  (Él le dio un cachete en el culo, ella empezó a lubricar como siempre pasaba y a Lion… bueno, a Lion se le había endurecido un poco solo de pensar lo que le haría si estuviera en el lugar de su Amo, disfrutar de su cuerpo tenía que ser todo un privilegio, ¿Dejaría su Amo que jugara con ella está noche?)
-Amo.
-¿Ummm?  (Lion, su Amo y Nala estaban sentados en una terraza, ellos con una cerveza y ella con un refresco de manzana, los hombres disfrutaban de la noche conversando entre ellos sobre deporte, política y sexo, mientras Nala se dedicaba a dar lentos sorbos a su refresco y a suplicarle al cielo que todo saliera bien esa noche, aprovechando que Lion fue a la barra a pedir otras dos, Nala le hizo una pregunta a su Amo)
-¿Por qué ha invitado a Lion?
-¿No te hace ilusión? Pensé que te gustaría que jugara contigo.
-Si, Amo, claro que me hace ilusión, pero, si no es molestia me gustaría saber el por qué.
-Porque me cae bien, sé que te gusta que te miren mientras follas y…(El Amo se acercó a su oido) -Sé que le deseas, así que está noche, aprovéchate, y libérate de tus dudas, si no puedes tener su corazón, posee cuerpo y destruye su mente.
(Nala se quedó de piedra al oír esas palabras, ¿Esto era una encerrona? Se preguntó. Ella sabía que su Amo no era tonto,  pero creía haber disimulado ante él, lo que sentía por Lion, ¿Cómo pudo darse cuenta con el simple el encuentro fugaz que habían tenido en una tienda los tres?)
Autor: Lady Nala.

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