A veces te pierdes en el camino en busca de aquello que tanto deseas, necesitas, anhelas… pensando que ese es el camino a seguir.

A veces acabas desesperad@, frustrad@, desmotivad@ en el intento. A veces te vuelve de nuevo el deseo, la ilusión perdida, la necesidad, el sentir que mereces vivirlo. Y todo llega… He tardado muchos años en encontrar quien complemente mi parte sumisa, que saque mi esencia. Y llegó como quien no quiere la cosa… tenía un mensaje suyo en fet junto con unos cuantos más sin leer, una noche para pasar el rato me dio por darles un repaso. Me llamó la atención el de Él, hablaba de mis escritos… le gustaron, me di cuenta que había percibido la esencia en ellos, eso me llamó la atención y le contesté.

Tras la primera toma de contacto después de un largo rato de conversación pasamos a Telegram. Los primeros días todo era información para tener noción de como cada uno sentía y vivía su rol, de las expectativas que teníamos, días y madrugadas sin fin en las que íbamos coincidiendo en la forma de sentir y vivir las relaciones D/s en las que cada día que pasaba íbamos sintiendo que nos merecíamos darnos una oportunidad y conocernos en persona. Hubieron un par de intentos fallidos estando a punto de ser realizados, hasta que precipitada e inesperadamente de la noche a la mañana tuvimos un fin de semana de conocimiento mutuo juntos, como al par de meses, de la misma forma, tuvimos otro, íbamos recorriendo el camino a la par con la misma intensidad. Los encuentros reafirmaban los pasos que en palabras íbamos dando, hasta llegar al tercero… habían pasado 4 meses, ha sido un día, parte de ayer y de hoy, día crucial en nuestra relación: “La Puesta de Collar” un momento intenso, profundo e inolvidable que ha dado fin a ese interminable camino en el que por la pura necesidad de entregar mi verdadera esencia he ido tropezando una y otra vez, levantándome las mismas veces sin cesar en el intento, porque esa era la única manera de ser feliz, el fin del camino ha llegado, hoy puedo decir que lo soy inmensamente y le doy gracias infinitas a Él, quien de su mano guiándome, desde mi sumisión, con su dedicación, compresión, confianza y protección, recorriendo este camino guiado por Él he podido llegar al final, ser esclava, es más, darme el privilegio de ser Su esclava y de poder decir que es mi Dueño con todo el significado que eso conlleva, todo por y para mi Dueño en este nuevo camino, el cual de su mano recorreré hasta donde me lleve siendo por siempre Suya.